La psicóloga, Cristina Alcoceba, de Clínica Vida’m sostiene que «es la base sobre la que se construyen muchas relaciones de dependencia emocional».
Las personas que comparten esta herida sienten mucho miedo a que la otra persona se vaya, a sentirse abandonados.
A modo general, las personas con la herida de abandono, suelen presentar las siguientes características, especialmente cuando están en una relación de pareja:
- Son grandes “dadores”. Dan mucho a su pareja. A menudo hay un desequilibrio entre lo que dan y lo que reciben.
- Tienen dificultad para poner límites desde el inicio de la relación.
- Presentan cierta tendencia a querer que la relación evolucione rápido y se estabilice pronto. Buscan la estabilidad para sentir una cierta seguridad.
- Al principio puede que tengan dudas sobre si realmente les gusta o no la otra persona; pero en el momento que el otro se aleja entran en pánico (por miedo a perderlo) y necesitan recuperarlo rápidamente.
- Se convierten en la clase de persona que le gusta a su compañero. Poco a poco van poniendo más y más foco en la pareja (en lo que le gusta al otro, lo que le atrae, etc.) y se van amoldando a ello.
- Es decir, poco a poco, con el objetivo de que la pareja se quede, se van alejando cada vez más de quien son ellos realmente.
- A veces, ante la ambigüedad de su pareja y por miedo a no poder sostener un abandono, se van de la relación (abandonan ellos al otro).
Cristina apunta que la persona con este tipo de herida, con el objetivo de que la pareja permanezca a su lado, poco a poco se va abandonando a sí misma.
Cuando una relación termina la gran mayoría atravesamos una etapa dolorosa, un duelo. Sin embargo, las personas que vibran en esta herida tendrán que hacer frente al duelo de la relación y al dolor de haberse abandonado así mismas. Y este es el peor y más doloroso de los abandonos. En estos casos se necesitará más tiempo y trabajo para que la persona vuelva a sentirse bien.
Si sientes que te resuena con fuerza este tema es recomendable que adquieras herramientas para aprender a gestionar lo que te sucede. Recuerda: no estás solo.
