Igual que nos sucede a los adultos, los niños a las vacaciones de verano cambian sus rutinas habituales. Ellos están más relajados, nosotros solemos ser más flexibles con los horarios, y como es usual, estos cambios repercuten también en la alimentación de nuestros niños.
A continuación, Carlota Comas, nutricionista de Vida’m, nos ha querido dar unos consejos a seguir porque la alimentación de los más pequeños de la casa no se vea afectada en esta época del año.
1. Mantener una correcta hidratación:
La hidratación es esencial en esta época del año para evitar un golpe de calor, sobre todo si nuestros hijos son especialmente activos, puesto que la práctica del ejercicio físico puede provocar una deshidratación más rápida.
Tenemos que asegurarnos que beben el agua que necesitan y NO sustituir el agua por refrescos, bebidas con azúcar…
Otra alternativa es ofrecer agua con sabores de fruta preparada por nosotros (naranjada, limonada…) o introducir muchas más frutas y verduras por su efecto hidratante.
2. No descuidar la manera de cocinar:
En verano siempre costa más, pero tenemos que optar para cocinar comidas a la plancha, cocidos, el vapor, asados, para favorecer la alimentación saludable a los niños.
En cambio, tenemos que procurar evitar los alimentos precocinados, comidas rápidas y fritos.
También podemos cocinar platos fríos y ligeros, puesto que una manera de combatir las altas temperaturas desde la alimentación es mediante platos refrescantes como las sopas frías, ensaladas, cremas o gazpachos.
3. Helados si, pero con moderación:
El verano es la época de los helados, resultan irresistibles para todos, pero muy especialmente para los niños. Sin embargo, no tendrían que consumirse de manera habitual, aunque no hay problema al ofrecer al niño un helado de manera ocasional, siempre que el resto de su dieta sea variada y equilibrada. Una buena idea es ofrecer alternativas de helados naturales elaborados a casa por nosotros mismos con su participación para dar importancia a una alimentación saludable y divertida. Un ejemplo serían los helados con fruta natural, yogur…
4. Comer todos juntos:
Comer en familia inculca a los niños importantes y saludables hábitos alimentarios. Si no lo hacéis ya, el verano puede ser un buen punto de partida para establecer esta rutina y ayudar los más pequeños a disfrutar de la experiencia. De este modo empezarán a mostrar interés por los alimentos que se comen en casa, por eso es tan importando decantarse por opciones saludables.
Además de estos consejos, es muy relevante que los horarios de comer no se alteren demasiado; en verano es normal que estos se trastoquen, pero es recomendable mantener una rutina para cada comida, especialmente para los más pequeños.
Si tenéis cualquier duda, o queréis más información, podéis pedir una primera visita con Carlota llamándonos al 977 249 906 🙂
